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domingo, 5 de junio de 2016

Alguien dijo Paro?

¿Que qué?!! PAro indefinido? ¿cuándo? pero si tengo prueba, pero ¿por qué? Bueno, obvio que nos vamos a paro o no?

Como será la cosa que hasta profesorxs y sobretodo varixs ayudantes de esta escuela se sorprendieron de que la decisión adoptada en el útimo Cge los obligara a hacernos clases. Así es, fuentes anónimas indican que en relación con los compañerxs de segundo algunos de sus ayudantes estaban ya planificando acurrucarse toda la mañana antes que hacerles clases el día jueves recién pasado; así como también en otros cursos más avanzados tuvieron que rellenar el horario haciéndoles asesorías a todos por obligación.

Y es que nadie se esperaba o nadie se espera todavía que haya una mayoría que no este de acuerdo con las demandas históricas del movimiento estudiantil y por eso la sorpresa ante la decisión que adoptó la mayoría de la universidad la semana pasada. Pero a ver, parece que me estoy poniendo un poco totalitario. Así como que no hay nadie que no esta ni ahí con el devenir histórico del movimiento estudiantil quizá es mucho decir. Pues bien, veamos en qué estamos. Por si usted no cacha.

¿Por qué el Confech llama a paro indefinido de la noche a la mañana?

Si estas de acuerdo con esta frase pues te equivocas, de la noche a la mañana es poco decir cuando este órgano de articulación llamado CONFECH (Confederación de Estudiantes de Chile) viene hace ya más de 10 años siendo la vocería de los estudiantes universitarios de chile (durante el último período; pues existía desde 1984). Durante los 90 fue el trampolín a las carreras políticas de famosillos como Carolina Tohá o Claudio Orrego; y al día de hoy agrupa a cada federación de cada universidad  del país que cuente con una lista de representantes democráticamente electos sin intervención electoral de los directivos de las casas de estudio. En un principio solo reunía a las llamadas universidades "tradicionales" pero en el transcurso de los últimos años se han ido integrando también los estudiantes de universidades privadas que de apoco han ido conquistando el derecho a organizarse.


Pues bien, son esas universidades y esos estudiantes los que hoy han levantado nuevamente la lucha dentro de sus casas de estudio. Tal es el caso de la Universidad Central, actualmente en toma, la Andrés Bello (la unab po wn), también en toma, en contra del lucro, por más participación y por una educación al servicio de los pueblos. Pero la cosa no se queda ahí, los secundarios, como siempre, vinieron a prender la mecha y se metieron a la moneda anunciando la ofensiva; las compañeras del liceo 1 marcharon en Santiago en contra del machismo naturalizado en las manifestaciones estudiantiles y junto a una creciente ola de militantes feministas a lo largo del país instalaron la demanda por una educación no sexista en el ideario del movimiento estudiantil.

La transversalidad que caracteriza a este movimiento no es casualidad y es que con el pasar de los años tras el surgimiento de una ola de movilización tras otra, las distintas generaciones que integran la gran masa de estudiantes no ha quedado nunca ajena a las acciones de lucha que se han dado ya sea en las calles como al interior de cada universidad o liceo. Se podría decir que hoy día ser estudiante en Chile significa Luchar por el derecho a la educación y en contra de la visión de mercado que ve en la educación una mercancía.

Luchar por la educación en Chile implica para muchas generaciones de estudiantes, hacer un salto lógico en sus vidas, dejar de lado la rutina intrínsica al modelo de vida capitalista inserto en nuestra sociedad actual y olvidarse del valor monetario asociado al tiempo que transcurre siendo uno estudiante. Qué quiero decir con esto? Ser estudiante, o más bien hacerse estudiante en Chile ya no pasa tan solo por estar matriculado; hoy en día implica una carga que es al mismo tiempo un peso que se deja, el peso del tiempo asociado al dinero, el peso de las expectativas, el ideal del éxito instantáneo. Ser estudiante y luchar por la educación implica hoy en día sacrificar tiempo y dinero, aceptar el vacío que produce la ausencia de una estructura diseñada para proveernos de contenidos y  hacerse cargo de la propia educación y gestionar cualquiera sea el tiempo que pudiera tardar-y ya no tanto el dinero- los conocimientos y aprendizajes trascendentales para la época en que vivimos.

Después de todo, nadie aquí va a perder plata, al menos ninguno de nosotrxs. Dejemos esto en claro, nadie pierde cuando estamos luchando por la educación. Sin embargo como muchxs piensan a la hora de diagnosticar el contexto, lo que se pierde (clases, dinero) no se pierde del todo; tras el paro, las clases son recalendarizadas y tarde o temprano todos tendremos el mismo cartoncito.

Por último, no es como que lo vaya a pasar mal.




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