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viernes, 24 de abril de 2015

Detrás del caos había un Duende




Como ya hemos presenciado en más de alguna queja anónima en tiza y a través de más de alguna garganta valiente y seca por el humo y  los psicotrópicos, nuestra querida Salita, un antro de encuentros herejes fuera de los ojos de los dioses del Olimpo, ha sido nuevamente atacada por los desechos de jóvenes ansiosos de ocio. Jóvenes que sólo buscan escapar a palabras vacía repetidas en manuales y 4 paredes... o al menos eso se cuchicheaba en más de alguna asamblea. Pero verán, la verdad siempre sale a relucir por su putrefacción. 

Había una evidencia contundente que prueba nuestra tesis de la inocencia de nuestrxs compañeros y compañeras: UN MORRÓN EN LA CAJA DE LAS PINTURAS. Acá se ha tratado injustamente a estudiantes que solo quiere liberar sus almas en llamas y humo. Pero no señores, quien ha estado conspirando contra el nuevo Orden (esto no tiene nada que ver con las nuevas comisiones) de la Salita, no han sido nuestro hábitos posmodernos. NO! acá hay gato... o mejor dicho, hay duende encerrado. Pero no se deje llevar por lo que parece obvio a esta altura, sino que vamos al meollo del conflicto.

En primer lugar, este conflicto es abierto y directo. El morrón podrido es clara evidencia de que el Duende Pasta no está jugando y no va a escatimar en recursos. En su poder tendría una bomba de pelo de la Chocapica (según fuentes confiables- un grupo animalista de facebook- nuestra chocapica estaría vivita y coleando adoptada por el tío de la biblioteca)


En segundo lugar, esto es una guerra por la usurpación de especies. Como algunos saben, en la limpieza inaugural 2015, hacendosos jóvenes fueron premiado por su gran criterio de realidad e higiene, con nada menos que una seca flor de abril resinosa empaquetada en papel entre los desperdicios de un podrido 2014. Tal hecho se catalogó de milagroso, prueba irrefutable de que no sólo en el Olimpo hay dioses. Sin embargo, y según inferencias populares (algunxs no quisieron revelar sus nombres por miedo a represalias) aquello no habría sido obra de divinidades queers, ni mucho menos de algún pagano generoso. Más bien eran algunas reservas de la cosecha 2014 que mantenía nuestro querido y voraz Duende Pasta. Este hecho sería el que gatilló una campaña, hasta el día de hoy, despiadada.


Sin embargo, y en tercer lugar, existen versiones de que antiguamente nuestro pequeño angurri, tenía su nicho entre los pañales del viejo sillón. Por lo que el conflicto habría comenzado desde la medida unilateral que habría tomado el sector más reaccionario de la Asamblea, con la sacada del sillón. Aparentemente, a partir de ese momento, nuestro risueño pasturri se habría acuartelado en los hoyos de la pared de la Salita, los cuales habrían sido hechos en una performance iracunda (y no por eso memos artistica y llena de color) de algún estudiante rubio.

Por último y en cuarto lugar, se suma otro antecedente, el cual a pesar de no haber sido corroborado oficialmente por la comisión bienestar, tiene todas los fundamentos del sentido común. Es precisamente este sujeto, arrojado a su repetición compulsiva, el que ha estado robando las bases de los hervidores.

Así que señores, basta de disparar acusación sin fundamentos sobre comunes y corrientes estudiantes limítrofes, acá el caos está siendo orquestado por los oscuros sentimientos de un Duende que ha visto perder su objeto de goce a manos de generaciones que solo buscan pastear en un lugar un poco más limpio, en un mínimo de comodidad. Así que no se deje llevar por lo digan, que la verborrea no le entre por los ojos, el Duente Pasta, ese que habita los hoyos de la salita, ese que habita en cada unx de nosotrxs, es el artífice de las luchas que se libran día a día tras esa puerta.