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sábado, 4 de junio de 2011

Sobre las malas buenas intenciones


Bueno intentaré escribir desde la indignación, así que a ver... ¿nos habrán visto la cara de soperutanos? ¿cómo tanto? Lo cierto es que es un reto a la inteligencia la manipulación a la que nos vemos sometidos y de la cual por cierto ya habíamos advertido.

Comenzar con el comunicado a los estudiantes desde la Vicerrectoria sería antes que nada una denuncia contra la capacidad de manipular la verdad, es decir mentir, de nuestra honrada y sacrosanta institución, cualquiera que hubiese permanecido el tiempo suficiente en la U sabría que la universidad fue cerrada anteriormente a cualquier decisión final de toma, así que lo de "toma irremediable" es una estupidez y una inconsistencia pues la decisión de cerrar la universidad funcionó (y evidentemente lo haría) como provocación que movilizó aún más los ánimos e hizo más inminente la toma.

El Rector se ha pronunciado reiteradamente en un plano que cruza tangencialmente los intereses manifestados por los estudiantes, su insistencia en la necesidad de más fondos para la universidad carece de fondo, es sólo el lloriqueo de las instituciones que no quieren desaparecer por el desfinanciamiento estatal que les impone la actual política de autofinanciamiento, sin embargo la institucionalidad de la universidad ha demostrado una nula capacidad de entablar el dialogo y hacerse cargo de las demandas fundamentales del estudiantado... es decir, esto no es un tema de inyectar simplemente más plata, sino de hacerse responsable de la educación y alguien parece que no desea escuchar eso.

Es decir, tan descerebrados no somos, esta rectoria es la continuación política de la anterior y me van a decir que despues de CINCO!!! años (al menos, ya desde 2006 se venían trabajando los mismos temas, pero incluso esto podría retrotraerse a los años 80's) de "trabajar las inquietudes de los estudiantes" se ha logrado aunque sea un avance en el plano de la política de la PUCV, que por lo contrario se ha avanzado en sentido contrario con la externalización de funcionarios y académicos y otras muchas medidas que no son cuestionadas desde las instancias administrativas, lo que sucede es que finalmente no se quiere reconocer que se han llegado a posturas cerradas que no desean ceder, que prefieren dilatar las conversaciones eternamente y restar potencia al movimiento estudiantil.

Ahora no es el momento de llorar por un vidrio roto y una chapa que eso no va a dejar a la universidad sin financiamiento, además no hace falta tener 3 dedos de frente para saber que eso de perder un día de vacaciones por un día de toma es una mera amenaza alimentada en la fuerza y brutalidad que intenta atemorizar a los estudiantes con el recurso más banal que poseen a la mano, las experiencias pasadas saben bien que tras una toma el tiempo necesario para recuperar clases se negocia y se ajusta a las necesidades de los estudiantes y profesores.

Hablamos de legitimidad y ser universitario de parte de una autoridad que quiere imponer su punto de vista sin abrirse al dialogo, dando muestras históricas de autoritarismo, personalmente condeno la actitud de la Rectoría y refuerzo el alcance, los problemas que nos afectan son nacionales como bien lo sabe también el Rector, pero también son locales y es allí donde se comienza, pues el espíritu democrático es algo que se cultiva cediendo parte del poder hacia los únicos que pueden realmente definir el bien común (los comunes, es decir todos funcionarios, estudiantes y académicos, los únicos capaces de definir el bien que se les hace), no concentrando el poder como quien dice "todo para el pueblo pero sin el pueblo", en eso consiste lo realmente ilegítimo y condenable.





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